LA VARA DE EVA
¿La mujer puede tener un ministerio?
Por: Norma Solis Zavala
Es común encontrar en nuestras congregaciones mujeres en el Ministerio de ayudas (Maestras de Escuela Dominical, Ujieres, etc. ); pero mujeres en el ministerio de: Maestras, Pastoras, Evangelistas, Profetas y Apóstoles, son escasos. Y la gran pregunta que nos hacemos es: ¿no existen? o ¿no se manifiestan?. Será quizás que Dios hace acepción de personas. ¡Claro que no! Dios no hace acepción de personas; pero a veces dentro de nuestras congregaciones si lo hacen.
Has escuchado decir: “¡La cabeza de la mujer es el varón y tiene que sujetarse!, ¡La mujer no puede hablar, ni enseñar en la iglesia!, ¡Eva fue engañada y por ella entro el pecado al mundo!. Frases como estas, enfocadas fuera de contexto, han sido usadas para obstaculizar el derecho de la mujer a tener y desarrollar un ministerio. Hoy a ti te pregunto ¿A quién vas escuchar a Dios o a los hombres?...
Quizás eres tú, una de éstas mujeres a las cuales Dios ya les ha confirmado un Ministerio; pero te han medido con “La Vara de Eva” y te has preguntado ¿Tendré derecho a ejercer este ministerio?... La Palabra de Dios en Hechos 10:34-35, dice “Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia”. En 1 Samuel 16:7 leemos “Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” Dios no hace diferencia entre hombres y mujeres, Él mira lo que hay en tu corazón.
En la genealogía de Jesucristo encontramos a tres mujeres: Tamar, Rahab y Rut. Éstas mujeres en una etapa de sus vidas ejercieron sus derechos para tener lo que les pertenecía.
a.- TAMAR (Génesis 38:1-30), Tamar había enviudado dos veces y por tanto tenía derecho a casarse con el tercer hijo de Judá. Pasado el tiempo Judá enviudo y Tamar aún no se casaba con el hijo de Judá; ella se quitó sus prendas de viudez y reclamó sus derechos para tener descendencia.
b.- RAHAB (Josué 2:1-24), Rahab escondió en su casa a los dos espías que Josué había enviado a Jericó. Ella dijo: “Sé que Jehová os a dado esta tierra y Él es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra, así como hice misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mí padre y toda mí familia y libren nuestras vidas de la muerte” (v.9-13). En Josué 6:22-23, Rahab y toda su familia fueron los únicos que sobrevivieron luego de la toma de Jericó.
c.- RUT (Libro de Rut), Rut había quedado viuda en Moab, y como amaba a Noemí, fue con ella a Belén, allí ella conoció cuando espigaba en el campo a Booz y Noemí dijo: “Él es nuestro pariente y puede redimirnos”. La ley decía que sí una mujer quedaba viuda, ella tenía el derecho a casarse con el hermano del difunto o con su pariente más cercano para levantar descendencia y recuperar las posesiones del difunto. Ella fue a reclamar sus derechos y eligió a Booz para que fuese su esposo.
Te estarás preguntando si habrá algún pasaje en la Biblia donde Dios reconoce que la mujer tiene derechos al igual que el hombre. En Números 27:1-11, se relata la historia de las hijas de Zelofehad, te has puesto a pensar que en una nación en plena formación, sólo tenían derecho a poseer territorio los hijos; con una población de más de 3 millones de habitantes; había una familia que sólo tenía hijas, cuando el padre de ellas murió, se preguntaron : ¿Tendremos herencia de nuestro padre?...
Ellas fueron ante Moisés, delante del sacerdote Eleazar, los príncipes y toda la congregación, a la puerta del tabernáculo de reunión dijeron: ¿Por qué será quitado el nombre de nuestro padre de entre su familia, por no haber tenido hijo?. Danos heredad entre los hermanos de nuestro padre y Moisés llevó su causa delante de Jehová y Él respondió: “Bien dicen las hijas de Zelofehad; les darás la posesión de una heredad entre los hermanos de su padre, y traspasarás la heredad de su padre a ellas” (v.4-7). Dios estaba confirmando que la mujer tiene derecho a poseer algo que aparentemente era solo para los hombres.
Sí la voluntad de Dios es que la mujer también tenga y ejerza un ministerio: ¿Por qué la mujer ha encontrado obstáculos para ejercerlo?. Un Ministro muy conocido dijo: “Desde Génesis 3:15, Satanás se ha levantado en contra de la mujer, porque de ella iba a nacer el Mesías (Jesús).” Qué era también lo que sabía e iba en contra de sus planes. La clave la encontramos en el Salmo 68:11 “El Señor daba la palabra, multitud de mujeres anunciaban las buenas nuevas”.
Cuando Jesucristo resucitó, se le apareció primero a una mujer y la envió con un mensaje: “Diles a mis hermanos: Subo a mí Padre y a vuestro Padre, a mí Dios y a vuestro Dios” (San Juan 20:17). Era la primera buena noticia que iban a recibir los discípulos de Jesús; pero cuando María Magdalena llegó dijo: ¡Jesús está vivo!, ellos no la creyeron (San Marcos 16:10-11).
Te has puesto a pensar ¿Por qué Jesús se le apareció a María Magdalena y porque no a Pedro, Juan o Jacobo?...
Jesucristo sabía que la mujer tenía una sombra por delante y por detrás: Eva, y que esto iba ser un obstáculo para el ministerio que Dios había preparado para ella.
Cuando Eva comió el fruto dijo: “La serpiente me engaño y comí” (Génesis 3:13), desde entonces la mujer tuvo un medida: Eva y una vara de disciplina para hacerla recordar lo que había hecho.
MUJER, Dios no te mide con “la vara de Eva” , Jesucristo tampoco lo hizo. Cuando Dios creó a la mujer puso una cualidad muy especial: “creer”, por eso María creyó que iba a ser madre, María Magdalena creyó que Jesús había resucitado y publicó las buenas nuevas. Sí la mujer no hubiera tenido en su esencia “creer”, el Mesías quizá no hubiera nacido. La mujer cree más fácilmente que el hombre, esta es la causa por la que en nuestras congregaciones hay más mujeres que hombres. La vara de Eva terminó con María Magdalena, la mujer había demostrado obediencia a Dios, ahora te toca a ti.
MUJER; sí alguna vez te midieron con “la vara de Eva” y Dios ya te ha confirmado tu llamado. Usa tus derechos. Créele a Dios y cumple tu ministerio. Perdona a los que te midieron y obstaculizaron tu derecho a ejercer y desarrollar un Ministerio. Comienza a creerle a Dios, su Palabra dice que: “Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28).
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